Puedo renegar todo lo que quiera de
ellas, o quemar en la chimenea de mi casa del pueblo, todos sus CDs, o incluso
ignorar que en una ocasión yo representé para una función del colegio, con las
que siguen siendo mis mejores amigas, la infame “Wannabe”, pero lo cierto: es
que yo soy de la generación de las Spice Girls. Es más, incluso en algún
momento de mi vida tuve una foto de ellas pegada en mi carpeta XD!!!. No es
cuestión de gustos, ni de que yo fuera una hortera de bolera (que puede que
sí), es sólo: cuestión de generación. Y yo, lo sé, y lo siento: soy de la
generación de las Spice.
“Bir Zamanlar Anadolu'da (Once upon a time in Anatolia)”, Nuri Bilge Ceylan, o “Tan lejos, tan cerca”
Cuando yo estuve en Anatolia, allá por
el año 2009, descubrí, qué es lo peor que se le puede
hacer a un “moderno” (pero no a uno de pacotilla: a uno de verdad): algo peor
que obligarle a escuchar la discografía completa de Vetusta Morla en modo repeat, incluso la
de Russian Red; algo peor aún que regalarle una bicicleta del Decathlon,
privándole así de esa orgásmica satisfacción que debe suponer para cualquier
moderno que se precie: el comprar una bici cochambrosa y destartalada, para
tunearla y convertirla, en una bici “retro”, cómo la del resto de sus amigos
modernos; peor, que buscarle una novia sin flequillo raso, o que no utilice pintalabios
rojo putón (Chanel en el caso). Peor aún.
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